¿Será que sí o será que no?`
Por medio de este ensayo autobiográfico voy a defender mi
punto de vista de acuerdo a los videojuegos, los regalos y porque son
importantes para esa pequeña sociedad que es considerada joven y adolescente.
A la edad de 10 años había realizado
una investigación sobre consolas de video juegos. Recuerdo que averigüé con una
conexión a internet de 52 kb/s, esa que funcionaba por cable del teléfono, que
mientras uno lo utilizaba todas las llamadas se perdían. Por el afán y el
miedo a un regaño, yo trataba de encontrar al menos una página donde pudiera
revisar rápidamente información general de cada consola; agraciadamente,
logré encontrar una página donde hallé reseñas de jugadores de todo el mundo,
en las que describían cada consola y cuál elegir según el presupuesto. La
persona que me llevó a esta búsqueda exhaustiva en el mundo del conocimiento en
línea fue un amigo que en alguna de nuestras charlas me comentó. Se podría
decir que fue una decisión bastante asertiva que me permitió conocer y entrar
al mundo de la tecnología. Diversos autores como el Dr. Pere Marqués Gralles
mencionan que los videojuegos permiten alejar la tensión que muchos jóvenes consiguen
a través del estudio, tareas, etc y permiten enfocarlo inclusive en una manera
didáctica de aprendizaje. Así mismo en el campo cognitivo el Dr. Pere Marqués
comenta: “Jugar con videojuegos desarrolla el razonamiento y la competencia
para usar la lógica, al tener que generar y aplicar estrategias cognitivas para
administrar recursos”. Aun así tras
tan ardua y laboriosa búsqueda pude obtener la necesidad de un
“Game Boy”, un pequeño dispositivo portátil que funcionaba por medio de
“cartuchos” con juegos, tanto que hasta estuve haciendo negocios con satanás para
conseguir uno.
La noche del 24 de
diciembre del 2005 después de realizar la repetida y casi obligatoria novena, como
ustedes pueden ya imaginarse claramente la hacía por los regalos, le pregunté a
mi madre si me había comportado de buena manera y si había tenido una buena
actitud frente a la novena, a lo que ella me respondió de una manera bastante
cortante: “Si”. Inmediatamente le pregunté: “¿Me merezco bastantes regalos?”,
ella replico: “Vamos a ver”. Elegí no preguntar más y dirigirme corriendo hacia
la sala donde se encontraba el árbol de navidad, mientras tanto, en mi cabeza
brotaban imágenes de Legos, muñecos, algún balón de futbol e inclusive una
bicicleta, mejor dicho, cualquier cosa que un niño de 10 años podría querer a
esa edad, desgraciadamente; al llegar y ver solamente un pequeño regalo, asumí
que había sido timado y me desmotivé a encontrar en esa caja algo que
lograra satisfacer mis gustos. Miré con cara de enojo a mi madre, mientras ella
caminaba hacia la cocina, y decidí aceptar mi destino.
Realmente muchos
pensarán que muchos regalos son mejores que uno y puede que tengan razón, pero
¿qué sucede si te dan un regalo que aparte puede usar otros regalos? Realmente
eso sucedía con los dispositivos de videojuegos portátiles, ya que si adquirías
uno, era muy improbable que te fueras aburrir, y en caso de que lo hicieras
podías pedir a tu madre un diferente juego lleno de posibilidades muy diferente
al anterior. En el mercado hay diferentes tipos de juguetes capaces de
satisfacer la necesidad de cualquier niño, pero yo a pesar de haber estado en
esa época, yo sentía que mi vida a partir de esa investigación debía empezar a
estar relacionada con la tecnología, que según la Organización de Estados
Iberoamericanos las TIC (Tecnologías de información y comunicación) han
permitido que el 52% de jóvenes puedan acceder a nuevas formas de educación,
entretenimiento y desarrollen diferentes tipos de capacidades que antes eran
imposible alcanzar.
Me senté al frente del regalo, lo
cargué, para ver si pesaba, procedí a sacudirlo, pero mi mamá me sugirió que no
lo hiciera, así que decidi sin la menor pisca de vacilación, rasgar el papel
regalo y encontrar la sorpresa que quizás en mi mente ya había pensado o la
sorpresa más inesperada de todas. La travesía para destapar el
regalo fue bastante larga, casi parecida a la vuelta al mundo en 80 días, tuve
que ser cauteloso y cuidadoso como un ninja para así no agitar ni estropear la caja de
regalo cuya delicadeza no conocía y prefería mantener intacta. Al final logré
abrirlo por una sola punta, justo en la parte donde pude ver el nombre de:
“Game Boy Advance SP”.
La emotividad había empezado a invadir
cada parte de mi cuerpo, al punto de hacerme correr e ir a abrazar a mi madre
para agradecerle ese detalle tan pequeño pero tan especial que me había dado,
sin embargo; lo que me derrumbó fueron esos pequeños momentos de imaginación,
donde me veía a mí mismo disfrutando durante horas juegos como Midnight Club,
Super Mario World y hasta Pokemon Esmeralda (lastimosamente yo no sabía hablar
inglés, por lo tanto mi deber era aprender mientras me pasaba los juegos) me
producía unos niveles de exaltación altísimos, donde me podía ver a mí mismo gastando
horas y horas obteniendo a cambio infinidad de felicidad que quizás en ese
momento solo jugar "escondite", "quemado" o
"lleva" me producía…
Definitivamente, un regalo cambio mi
vida, ya que altero mi manera de pensar, mi enfoque hacia la tecnología, mi
carrera y mi manera de vivir. Quizás solamente fui un caso dramático pero en
algo que podemos acordar usted querido lector y yo, es que la felicidad sobre
lo que hacemos y lo que nos gusta es nuestro eje para nuestro futuro.
Corrección Final:
Corrección Final:
¿Será que sí o será que no?`
Por medio de este ensayo autobiográfico voy a
defender mi punto de vista de acuerdo a los videojuegos, los regalos y porque
son importantes para esa pequeña sociedad que es considerada joven y
adolescente.
A la edad de 10 años había realizado una
investigación sobre consolas de video juegos. Recuerdo que averigüé con una
conexión a internet de 52 kb/s, esa que funcionaba por cable del teléfono, que
mientras uno lo utilizaba todas las llamadas se perdían. Por el afán y el
miedo a un regaño, yo trataba de encontrar al menos una página donde pudiera
revisar rápidamente información general de cada consola; agraciadamente,
logré encontrar una página donde hallé reseñas de jugadores de todo el mundo,
en las que describían cada consola y cuál elegir según el presupuesto. La
persona que me llevó a esta búsqueda exhaustiva en el mundo del conocimiento en
línea fue un amigo que en alguna de nuestras charlas me comentó. Se podría
decir que fue una decisión bastante asertiva que me permitió conocer y entrar
al mundo de la tecnología.
Diversos autores como el Dr. Pere Marqués
Gralles mencionan que los videojuegos permiten alejar la tensión que muchos
jóvenes consiguen a través del estudio, tareas, etc y permiten enfocarlo inclusive
en una manera didáctica de aprendizaje. Así mismo en el campo cognitivo el Dr.
Pere Marqués comenta: “Jugar con videojuegos desarrolla el razonamiento y la
competencia para usar la lógica, al tener que generar y aplicar estrategias
cognitivas para administrar recursos”[i]. Aun así tras tan ardua y laboriosa búsqueda
pude obtener la necesidad de un “Game Boy”, un pequeño dispositivo
portátil que funcionaba por medio de “cartuchos” con juegos, tanto que hasta
estuve haciendo negocios con satanás para conseguir uno.
La noche del 24 de diciembre del
2005 después de realizar la repetida y casi obligatoria novena, como ustedes
pueden ya imaginarse claramente la hacía por los regalos, le pregunté a mi
madre si me había comportado de buena manera y si había tenido una buena
actitud frente a la novena, a lo que ella me respondió de una manera bastante
cortante: “Si”. Inmediatamente le pregunté: “¿Me merezco bastantes regalos?”,
ella replico: “Vamos a ver”. Elegí no preguntar más y dirigirme corriendo hacia
la sala donde se encontraba el árbol de navidad, mientras tanto, en mi cabeza
brotaban imágenes de Legos, muñecos, algún balón de futbol e inclusive una
bicicleta, mejor dicho, cualquier cosa que un niño de 10 años podría querer a
esa edad, desgraciadamente; al llegar y ver solamente un pequeño regalo, asumí
que había sido timado y me desmotivé a encontrar en esa caja algo que
lograra satisfacer mis gustos. Miré con cara de enojo a mi madre, mientras ella
caminaba hacia la cocina, y decidí aceptar mi destino.
Realmente muchos pensarán que gran cantidad
regalos son mejores que uno y puede que tengan razón, pero ¿qué sucede si te
dan un regalo que aparte puede usar otros regalos? Realmente eso sucedía con
los dispositivos de videojuegos
portátiles, ya que si adquirías uno, era muy improbable que te fueras aburrir,
y en caso de que lo hicieras podías pedir a tu madre un diferente juego lleno
de posibilidades muy diferente al anterior. En el mercado hay diferentes tipos
de juguetes capaces de satisfacer la necesidad de cualquier niño, pero yo a
pesar de haber estado en esa época, yo sentía que mi vida a partir de esa
investigación debía empezar a estar relacionada con la tecnología, que a pesar
de todo, nunca ha sido bien concebida por los padres.
Es increíble la cantidad de comentarios
negativos sobre la tecnología, pero es aún más inimaginable el gran beneficio
que ha traído para la raza humana. Encontramos que en el aprendizaje “El concepto de profesor pierde protagonismo
para centrarse en el aprendizaje de los estudiantes, favoreciendo la
posibilidad de lograr un aprendizaje significativo que pueda ser aterrizado en
su vida personal y profesional”[ii]. El
rol del estudiante pasó a ser más importante de una manera drástica, buscando
siempre la innovación y mejores formas de transmitir el aprendizaje.
Me senté al frente del regalo, lo cargué,
para ver si pesaba, procedí a sacudirlo, pero mi mamá me sugirió que no lo
hiciera, así que decidí sin la menor pisca de vacilación, rasgar el papel
regalo y encontrar la sorpresa que quizás en mi mente ya había pensado o la
sorpresa más inesperada de todas. La travesía para destapar el
regalo fue bastante larga, casi parecida a la vuelta al mundo en 80 días, tuve
que ser cauteloso y cuidadoso como un ninja para
así no agitar ni estropear la caja de regalo cuya delicadeza no conocía y
prefería mantener intacta. Al final logré abrirlo por una sola punta, justo en
la parte donde pude ver el nombre de: “Game Boy Advance SP”.
La emotividad había empezado a invadir cada
parte de mi cuerpo, al punto de hacerme correr e ir a abrazar a mi madre para
agradecerle ese detalle tan pequeño pero tan especial que me había dado, sin
embargo; lo que me derrumbó fueron esos pequeños momentos de imaginación, donde
me veía a mí mismo disfrutando durante horas juegos como Midnight Club, Super
Mario World y hasta Pokemon Esmeralda (lastimosamente yo no sabía hablar
inglés, por lo tanto mi deber era aprender mientras me pasaba los juegos) me
producía unos niveles de exaltación altísimos, donde me podía ver a mí mismo
gastando horas y horas obteniendo a cambio infinidad de felicidad que quizás en
ese momento solo jugar "escondite", "quemado" o
"lleva" me producía…
Definitivamente, un regalo cambio mi vida, ya
que altero mi manera de pensar, mi enfoque hacia la tecnología, mi carrera y mi
manera de vivir. Quizás solamente fui un caso dramático pero en algo que
podemos acordar usted querido lector y yo, es que la felicidad sobre lo que
hacemos y lo que nos gusta es nuestro eje para nuestro futuro. Esta felicidad
se verá finalmente en nuestros futuros trabajos, donde trabajar no será más que
divertirse y aprender cosas nuevas.
“Tu tiempo es limitado, así que no lo
malgastes viviendo la vida de otra persona. No dejes que los ruidos de las
opiniones ajenas acallen tu voz interior. Ten en coraje de hacer lo que dicen
tu corazón y tu intuición.” – Steve Jobs
Alejandro Méndez Cerquera
15207012
[i]Gomez,
Mena, Turci. VIDEOJUEGOS Y EDUCACIÓN. Universidad de Málaga. http://ares.cnice.mec.es/informes/02/documentos/indice.htm
[ii] Maldonado, Ojuky. Fundamentos de
Tecnología Educativa. Universidad Autónoma del Estado de Higalgo.
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